miércoles, 31 de octubre de 2012

RECOLECCIÓN DE PRINCIPIOS: "LAS ELECCIONES EN EEUU COMO ESPECTÁCULO MARKETINERO"", Por Michael Meurer

En exclusiva para ¿alguien tiene algo que decir?, Michael Meurer repasa la billonaria campaña presidencial en Estados Unidos. Su puesta en escena “al mejor estilo de Hollywood”, la trastienda del financiamiento y la pérdida de la calidad democrática: “En la nueva economía financiada, la simple noción democrática de "una persona, un voto", ha muerto”, dice. Sostiene que el programa neoliberal de la clase financiera global, es el proyecto de fondo. Finalmente, propone salvar esa minúscula diferencia que separa a Obama y Romnney porque, como dijo Lennon, es el espacio donde la mayoría de nosotros vivimos nuestras vidas.  


Michael Meurer es consultor político en California-Colorado. Trabajó como consejero del Partido Demócrata de California y co-fundó la Campaña Coraje donde trabajó como Presidente Adjunto.

Pasen y lean esta comprometida mirada crítica de la mayor economía y más taquillera democracia del mundo: 

(Traducción: Carina Kosel)

La campaña presidencial de EEUU llega a su fin el próximo 6 de noviembre. Y vale la pena señalar, en medio del ruido de autopromoción y grandilocuencia de los medios, que es ésta la elección más cara y más extensa de la Tierra.
Más de u$s 6 mil millones serán gastados en la contienda entre Romney y Obama después de dos años de recaudar fondos y de dos años de una campaña negativa para la sociedad (1).
En Francia, por ejemplo, los estrictos límites legales a los gastos de campaña sumados a un calendario electoral bastante acelerado, aseguraron que su reciente elección presidencial, incluyendo la segunda vuelta en mayo de 2012, costaran menos de u$s 50 millones, con una duración de campaña de un mes. (2) Mitt Romney y Barack Obama gastan actualmente tanto dinero en anuncios de televisión por semana como el costo total de las elecciones nacionales francesas de 2012. (3)
En los 36 años transcurridos desde que Gerald Ford y Jimmy Carter se postularon para la presidencia, el dinero gastado en las campañas presidenciales de Estados Unidos ha aumentado 23 veces. (4) Este escandaloso aumento de los gastos de campaña no tiene casi nada que ver con un aumento de la calidad democrática. Es más preciso verlo como un gran espectáculo publicitario de ostentación nacional, por un lado. Y por otro lado, como una feroz guerra de licitaciones entre los banqueros internacionales con base en los EEUU. El objetivo de los banqueros es garantizar un resultado antidemocrático, que favorezca a sus intereses. El espectáculo mediático de las elecciones se coloca en el centro de la escena, para distraer la atención de la guerra de licitaciones antidemocrática que tiene lugar detrás de escena.

El espectáculo

El espectáculo mediático de las elecciones estadounidenses, con sus dos años de duración y sus u$s 6 billones de costo, es el mayor éxito de taquilla de Hollywood. Este gran show está diseñado para ser una prueba contundente para el mundo y para el electorado nacional, de que la democracia de los EEUU sigue siendo el más importante y vital sistema político en el mundo. En una nación de consumismo desenfrenado, es la forma más acabada y sobresaliente de consumismo. Sin embargo, cuanto más fuerte y más ensordecedor y costoso se vuelve este espectáculo electoral, más se desvía de sus raíces democráticas.
Al mejor estilo de Hollywood, la duración, la ubicuidad y el costo de la elección son diseñados para entretener y distraer, no para servir a la democracia. Este espectáculo adormece al electorado nacional en la sumisión, para obtener su consentimiento en la elección entre dos candidatos neoliberales que han sido cuidadosamente examinados por los que están financiando el espectáculo de los medios de comunicación −es decir, Wall Street y sus compinches especulativos en los sectores inmobiliario, de defensa y de energía−. (5) A su vez, el show intenta deslumbrar a la audiencia internacional con el tamaño y la duración de semejante exhibición pirotécnica, ostensiblemente montada para servir a un vibrante sistema democrático.

La guerra de licitaciones

Detrás de este espectáculo, una feroz guerra de licitaciones tiene lugar entre intereses económicos en competencia, para dar forma a las políticas de la próxima administración. La ferocidad de las campañas presidenciales de Estados Unidos quiere ser vista como prueba de un enérgico debate democrático entre las ideas y visiones que compiten. En realidad, se trata más bien de una prueba de la competencia de intereses financieros, entre quienes contribuyen con dinero para las candidaturas. Estos intereses financieros están luchando por su influencia y participación en el mercado, no por los ideales democráticos. Su multimillonaria inversión en la política electoral no es más que la continuación de un antidemocrático ataque económico, destinado a consolidar la presencia del sector financiero en la mayor economía del mundo.
No es una mera coincidencia que la línea de tiempo de este incremento histórico en los gastos de campaña se dé paralelamente a un aumento similar en la financiación de la economía global. Las transacciones financieras en todo el mundo aumentaron 15 veces el valor del PBI global en 1997 a 70 veces en la actualidad. (6) Del mismo modo, los seis bancos más grandes de los EEUU ahora controlan activos valuados en un 64% del PBI anual, frente al 17% en 1995. (7)
El gasto político y la influencia de los especuladores financieros se ha incrementado junto a su poder económico, en el marco del programa neoliberal en curso, de la desregulación financiera comenzada en los 80 bajo los gobiernos de Reagan y Thatcher.
En consecuencia, el sector financiero es la mayor fuente de dinero para la campaña electoral. En los últimos diez años, el sector financiero ha gastado $ 2,7 mil millones haciendo lobbies y donó una suma adicional de mil millones para los candidatos políticos,
entre ellos Romney y Obama en 2012. (8) En efecto, los veinte contribuyentes top de la campaña de Romney  son todas compañías financieras. (9) Tal vez esta tendencia aumente a causa de un reciente fallo de la Corte Suprema de EEUU (Ciudadanos Unidos) (10) que levantó todas las restricciones de gastos independientes de campaña. Sólo como un ejemplo, se estima que los millonarios hermanos Koch, de Texas, gastarán mil millones de su fortuna personal en apoyo de Mitt Romney en las elecciones 2012. (11)
En la nueva economía financiada, la simple noción democrática de "una persona, un voto", ha muerto.

Final de juego

Desde esta perspectiva, las elecciones de EEUU 2012 son como un juego de alta tecnología. Mientras los votantes están distraídos por el espectáculo mediático enormemente caro, la clase financiera global, encarnada en los EEUU por los bancos y corredores de bolsa de Wall Street y sus compinches especuladores en defensa, bienes raíces y energía, continúan su marcha hacia la privatización del sector público en su totalidad. Con el presidente correcto, esta clase especulativa global cree que finalmente podrán eliminar toda oposición a su agenda de austeridad y privatizaciones. El modelo para su programa es Grecia.

¿Es importante?

Dada la financierización al por mayor de la política nacional de los EEUU, ¿hay alguna diferencia si es elegido Obama o Romney? La respuesta es sí; la diferencia es sumamente importante.
Se dice que John Lennon dijo una vez que en Gran Bretaña, la diferencia entre laboristas y conservadores era minúscula. Pero Lennon inmediatamente añadió que esta diferencia muy, muy pequeña también era el espacio donde la mayoría de nosotros vivimos nuestras vidas. Lo mismo puede decirse de los demócratas y los republicanos en los EEUU. La diferencia nunca ha sido más minúscula. Irónicamente, también es cierto que rara vez haya sido más importante.
Si bien cualquiera de los dos candidatos se verá seriamente limitado por los enormes desequilibrios
en el poder político y económico que favorecen al sector financiero, el vencedor es será nada más y nada menos que el Comandante en Jefe de los EEUU, con acceso al mayor arsenal de destrucción masiva del mundo. Incluso una pequeña diferencia en el temperamento de los candidatos se vuelve importante cuando se trata de manejar una maquinaria militar de u$s 1 billón anual , una máquina que cuesta el doble que el resto de todos los presupuestos militares del mundo combinados. (12) (13)
La elección también es importante en la medida en que el Sr. Obama puede servir como un pequeño impedimento para la agenda de Wall Street y el Pentágono. Romney es claramente 100% cautivo, tanto Wall Street y los mismos halcones neoconservadores que guiaron la guerra preventiva de George W. Bush. Obama está proponiendo pequeñas pero constantes reducciones en el presupuesto del Pentágono, regulación de las organizaciones que manejan los seguros de salud, aumentos moderados en los impuestos de los más ricos, y pone el énfasis en aumentar las inversiones en el sector público en materia de educación, sanidad, energías limpias e infraestructura.
La agenda de Obama todavía está guiada por una ética imperialista, pero es una versión  mucho menos virulenta y propensa a la guerra que la del Sr. Romney.  Otro período presidencial del Sr. Obama ofrecerá, al menos, más tiempo para que los movimientos democráticos opositores crezcan, se desarrollen y organicen desde las bases, para que atraviesen las anticuadas líneas ideológicas y se constituyan en un movimiento de oposición poderoso en el futuro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Está buenísimo el artículo. Y la traductora, ¡un lujo! Besos.
Claudia Oxman